Estaban cenando. Cada uno comentaba con el de al lado sobre la pesca y cuando fueron a buscar frutas en la compañía. Pedro estaba atento a lo que decía Jesús, tenía un presentimiento.
- Este Jesús es impredecible. Algo va a decirnos. Mi sospecha nunca falla.
De reojo miró a Juan y éste le hizo una seña, como diciéndole ¡ha upei! Santiago hablaba con el de al lado comentando que vio una chacra muy linda y que todo estaba bien, que habló con el agricultor y le dijo esta es la agricultura familiar campesina. ¡Y eso que el gobierno no apoya en nada! Y también comentó que vio chacras, muchas chacras con muy poca producción y gente con un montón de problemas.
De repente Jesús se levanta de la mesa, trae una toalla y una especie de caneca, llenó de agua y empezó a lavar los pies de sus compañeros.
- No, no puedo aceptar esto. Dijo uno. -Jesús permaneció callado y siguió con su trabajo-.
Le alcanzó el turno a Pedro y este salió ipochy voi.
- Mba’e piko péa. No voy a aceptar que me laves los pies.
- ¡Epyta Choperu! – Dijo Jesús-
- Nda pyta mo’äi. No voy a aceptar que hagas eso. Yo tengo que lavarte tus pies a vos.
- Eñe trankilisa, chamigo.- Le respondió Jesús-.
Todos se levantaron, miraron sin entender. Tuvieron que atajar a Pedro. Saben que Pedro es un tipo maltirón, un machetero, bruto y que por cualquier cosa podría empezar un bochinche.
- Sentate, chamigo. Ha epyta.
- No voy a sentarme.
- Está bien. Ejapo ejaposéva upeicharamo. -Agregó el líder-.
- Ha ajapotante voi niko
- Pero, sepan una cosa. -Dijo Jesús- A quien no lavo los pies no forma parte de mi equipo. Así que Pedro vos vas a saber qué hacer.
Pedro, se tocó la barba, temblaba de rabia. Sus compañeros trataron de tranquilizarlo.
- Entonces, si es así, no solo lavame los pies, voy a permitirte que me bañes también, – dijo Pedro.
- Tampoco es para abusar.- Dijo Jesús, mientras los demás cayeron en una gran carcajada.
Pasa una cosa, -dice Jesús,- es necesario que les limpie los pies nomas a ustedes porque todos ustedes están limpios, solo pende pyky’a imi. Pero esta es una señal de que forman parte de mi equipo y si están en mi equipo saben que estarán también en el equipo de Ñanderuguasu, explicó.
- Es necesario demostrar de corazón y en todo momento que están para servir a los demás. El que tiene poder, mis amigos, debe estar al servicio de los demás y no servirse de los demás ni de las cosas de los demás, las cosas de todos.
Bien, muy bien, dijeron todos. Dieron un aplauso aunque no entendían muy bien lo que el flaco les quería decir, pero les pareció bonito el gesto, cayó bien el discurso.
- Pero… – Dijo Jesús, levantando la voz. Y todos callaron.
- Pero ¿qué?- Pregunta Pedro.
- Pero lastimosamente no todos los que están aquí están limpios.
Todos se miraron con cara de signo de interrogación. Murmuraron entre ellos. Nadie entendió lo que quería decir. Pedro pensó, ¿será que le hice enojar porque me negué que me limpie los pies? ¡Nde raityre!, exclamó. Y ahora qué hago.
Nadie se dio cuenta que Jesús descubrió una feroz conspiración en su contra, así como, a veces, algún líder negocia en la huelga o en la lucha, supo que uno de ellos negoció con el enemigo.
- Alguien del grupo me entregó al oficialismo.
- No puede ser. Todos los que estamos aquí no estamos con el oficialismo.
- Eso ya verán en poco tiempo.
- Chamigo, ¿qué lo que decís? Aclarana tu palabra. Nosotros no somos mercaderes para traicionarte o para negociar por tu vida.
- Ya verán. Y es cierto lo que les digo: uno de los que están aquí me va a entregar.
Pedro le hizo una seña a Juan para que le pregunte de quién está hablando. Y Juan, que estaba luego cerca de Jesús, le dijo:
- Eréna mávapa pe nde traicionatava.
Jesús se levantó y dio un golpe en la mesa. Todos callaron, terminó el murmullo.
- Ya que insisten en saber quién, ustedes verán por sus propios ojos y van a entender. En algún momento, compartiré un pan mojado con uno de ustedes, y esas es la señala de quien es el traidor, mercantilista y vendepatria…
Todos quedaron en silencio. Siguieron comiendo y tomando. Todos estaban nerviosos, se miraban unos a otros, y en silencio siguieron. Pedro pensó, nunca se está tranquilo aquí, en cualquier momento surge problema. A veces cuando vamos a empezar a entenderle, él cambia de tema o se crea un problema y nos quedamos otra vez pytüguýpe, dijo en voz baja. Cada uno estaba en sus preguntas interiores. Jesús le dio un pedazo de pan mojado a Judas Iscariote.
- Lo que tenes que hacer, tenes que hacerlo y ya. Havö nde pyre.
Y Judas, como era el tesorero, algo así como el ministro de hacienda, salió del grupo, tomó un camino y desapareció. Pero nadie se dio cuenta que Judas era el traidor, creyeron que Jesús le encargó que hiciera unas compras del mercado, unos regalos por pascua, o algo así.
Todo volvía normal en el grupo. Nadie se dio cuenta lo que acababa de pasar. Ni para identificar a un conspirador o quien vendió la lucha del movimiento estaban los apóstoles. Tesahüete voi. Eran muy ingenuos, no tenían la mirada crítica, ni política. Entonces, se levantó de nuevo Jesús y miró a cada uno:
- Este que ven aquí, al que ustedes llaman líder, será glorificado y con él el Todopoderoso también será glorificado. Y les digo más, así como están las cosas, ustedes no podrán ir donde yo voy. Pero les quiero dar un nuevo mandamiento: Pe johayhu, che pohayhu haguéicha. Ámense. Ámense, como yo los amo. Y esta es la señal que ustedes son mis compañeros: que se amen unos a otros.
- Y ¿se puede saber dónde vas a irte? – Pregunta Pedro.
- A donde yo voy, no me pueden seguir ahora.
Otra vez Pedro, enojado y retobado, le dice a Jesús:
- ¿Por qué piko no podemos irnos?
- Ahora no pueden irse, después sí.
- No señor. Yo me voy a ir donde vas a estar. Hasta mi vida voy a dar para estar contigo.
- Seguropa Pedro. Oime ne rymba gallo omyakÿ myakÿma ijahy’o hina.
- Qué tiene que ver mi gallo en esto.- Dijo Pedro.
- Porque antes que cante tu gallo, tres veces ya vas a negarme, compañero.
Pero, tranquilícense -dijo Jesús. Voy a ir a preparar lugar para todos nosotros. Ñanderuguasu niko tiene mucho espacio y allí vamos a entrar todos. Y allí vamos a estar. Ustedes saben el camino.
Sale Tomas desde el fondo, el que todo analiza, pregunta a Jesús: y cómo vamos a ir junto a vos si no sabemos el camino.
- Che niko upéa: che niko ha’e tape, soy el camino, y la verdad, y la vida. Avave niko noguahëmo’äi Ñanderuguasu oïháme cherehe’ÿ. Todos deberán pasar por mí. El que me conoce a mi conoce al Padre.
Felipe rompe su silencio y le dice a Jesús:
- Por qué no haces una cosa. Mostranos a Ñanderuguasu y así ya estaremos tranquilos.
- ¡Que bárbaro, Felipe! A la gran … ¿Cuánto tiempo lo que estoy con ustedes? Y ahora me preguntan acerca del Padre. Chamigo. Yo vivo en el Padre y el Padre vive en mí. Che ha’éva niko Ñanderuguasu ñe’ë, che rupi niko Ñanderuguasu oñe’ë penendive. Y todo lo que ustedes piden, en mi nombre, el Padre les va a conceder.
Una cena que parecía iba a ser una de las tantas noches buenas, terminó en un sarambi. Judas se fue. Pedro se calló porque le dijo su líder que le va a negar en los momentos mas importantes; Tomas calló, pero en un silencio crítico; Felipe itïndy, cree que le ofendió a Jesús porque le habló muy fuerte.
Y se preguntaban, ¿qué significa eso? Lavar los pies al prójimo. Servir y no servirse. No utilizar el poder que se tiene para joder a los demás, joder a la gente, aprovecharse de la pobreza para imponer su voluntad o para aprovecharse de los bienes de todos. Que el pueblo se joda, total yo tengo dinero, poder, manejo a los gobernantes y jueces, yo hago la ley, según mi voluntad. No aprovecharse del poder para meter preso al que busca justicia…
Y, por sobre todo, ¡que nos amemos!
Leave a Comment