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Productores de yerba mate de Itapúa apuntan a mejorar precios de sus productos

En el Departamento de Itapúa más de 8 mil productores integrantes de la “Federación de Productores de Yerba mate del Noreste de Itapúa”,  se preparan para la siguiente zafra empezando la discusión de los precios del producto con el gobierno y el sector yerbatero. Plantean un precio de por lo menos 2500 guaraníes por kilo; también tienen la posibilidad de vender al lado argentino en caso de que los montos por kilo no satisfacen aquí.

 

La Federación tiene organizaciones de productores en los distritos de Capitán Meza, Edelira, Maria Auxiliadora, Natalio, Jatytay, San Rafael del Parana, Carlos Antonio Lopez y Mayor Otaño. Cuentan con 8400 asociados y cada año producen alrededor de 80  millones de kilos de yerba mate. La cantidad de hectáreas cultivadas alcanza a unas 17 mil hectáreas.

Don Lisandro Benítez, secretario de la Federación nos comentó que la yerba mate es una producción tradicional en la zona desde tiempos de la colonia, incluso. La diferencia es que ahora no hay “mensú” esclavizados. Son familias que se organizan y siguen produciendo yerba. No son los únicos productores en la zona, pero en términos de la producción tradicional, bajo el concepto de respeto a la tierra, las plantas y el ambiente, son los que se constituyen en los cuidadores de la planta tradicional. Progresivamente van sustituyendo el combate a las plagas con productos químicos por “venenos orgánicos” que producen ellos mismos.

Ante la cercanía de la siguiente zafra se encuentran discutiendo con autoridades departamentales, nacionales y el sector privado los precios y condiciones de venta. “Estamos teniendo hasta el momento un acuerdo de pagos de 2500 guaraníes el kilo puestos en secadores, lo que implica que el productor deberá pagar el transporte por lo que se les descontará unos 400 guaraníes por cada kilo”, manifestó don Lisandro.

La producción de la yerba tiene un proceso con varias líneas de trabajo. Por un lado, está la siembra. La planta sembrada empieza a dar buena cosecha a los 7 años, “aunque se puede ir desgajando desde los 5 años, pero sin muchos beneficios”, comenta el productor. Tener una hectárea de yerba desde la siembra hasta la cosecha, a los siete años, “el costo alcanza unos 30 millones de guaraníes, calculando semillas, limpiezas, fumigaciones, alimentación y el personal, el desgaste del suelo, etc.”, afirma.

“Nuestros hijos son nuestros técnicos”

El acompañamiento técnico es “hasta el momento una dificultad, de parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería, no hay apoyo de eta institución; sí, nuestros hijos y parientes que son técnicos nos dan esa capacitación y apoyo técnico”, dice don Lisandro.

Por otro lado, la comercialización. Mencionó que el año pasado muchas familias vendieron a 800 guaraníes el kilo la yerba, son precios muy bajos. Por cada hectárea se tuvo una pérdida entre 4 a 6 millones de guaraníes, menciona. Este año ya iniciaron hace unos meses la discusión por cada kilo de yerba. Las autoridades, según don Lisandro, están comprometiéndose a asegurar un precio de 2500 guaraníes el kilo, pero no es seguro que se respete, porque hay mucha duda en el gobierno y no es firme, afirma.

 

Vender a la Argentina

La alternativa que maneja la Federación para la comercialización es la venta del “mborovire” al lado argentino que obtendrán mejores pagas por los kilos de yerbas. Esto significará que en el mercado paraguayo podría disminuir la yerba, pero eso va a depender de los industriales, dice. “Si en la Argentina nos van a pagar mejor, venderemos en la Argentina, nosotros queremos que se valorice nuestros productos, no queremos seguir cargando con pérdidas”, dice el dirigente.

La comercialización se estuvo realizando por cada productor, “pero en la Federación se negocian los precios con el mercado y las autoridades. Pero estamos trabajando para unir toda la producción y tener un volumen total, así se tendrá mejor precio”, calcula Lisandro.

Industrialización de la yerba

Pensar y actuar organizadamente se pueden encontrar mejorías en los precios a la hora de comercializar. Desde el próximo año ya funcionarán en varias partes las secadoras, propias de las organizaciones que irán aumentando en el tiempo. Este paso abaratará el costo de producción y pueden dejar más ganancias a los productores. Otro objetivo es la industrialización. “Estamos en una etapa en que estamos preparándonos para industrializar. Lleva mucha gestión, pero hay comités que están preparando para su propios secaderos, y así gradualmente iremos cumpliendo con las exigencias para la industrialización de nuestras yerbas”, dice

 

Hacia la yerba agroecológica

Menciona que algunos comités están produciendo yerba ecológica con el nombre de Yerba “Oñoirü”, en Edelira 49”. Comentó que están participando en el programa “Paraguay orgánico”, mediante el cual reciben “capacitación  para producir yerbas de calidad y sana. La idea es que se produzca yerbas y productos sin químico, sano, sin contaminantes”.

Comentó que en la producción de yerba se utiliza bastante químicos para combatir los insectos que atacan las plantas como los “ácaros, rulitos, arañitas y hongos. Pero estamos encontrando soluciones, produciendo insecticidas orgánicos para las fumigaciones, es un producto muy bien hecho y con alta efectividad, ya estamos probando. Cerca de 5000 litros se han distribuido en varios distritos”, dijo.

Necesariamente deben desaparecer los productos sintéticos, químicos, de los yerbales, pues hay una exigencia a nivel internacional de producir sanamente las yerbas; y esto conviene a los productores de la Federación.

 

La organización, una herramienta poderosa

El tiempo de la cosecha se inicia en el mes de abril y generalmente culmina en el mes de agosto.

Atendiendo las explicaciones de don Lisandro Benitez, mediante la organización y la buena programación están consiguiendo mejor producción, mayor cantidad de yerbas, “porque mediante la capacitación los productores adquieren nuevas técnicas de cortes para la cosechas. Anteriormente nosotros cortábamos todas las hojas de la yerba y así fueron perdiéndose muchas plantas y rendían menos. Ahora los cortes se hacen selectivamente dejando la cantidad de hojas para la protección de la misma planta. Hay que proteger las plantas del calor también”.

El costo de producción de cada zafra, en una hectárea, es de 12 millones de guaraníes, calculando todo, personal, alimentación, limpiezas, fumigaciones, etc. Se sacan unos 5000 kilos por hectáreas. Se deben obtener más y mejorar los precios. Si no, ni se empata.

Para tener mayor producción por hectárea hay que cultivar las yerbas a una distancia de dos metros de cada liño y de cada planta. Se puede hacer. Anteriormente los cultivos se hacían dando mayor espacio entre liños y plantas.

Un aspecto que, por lo menos a nivel público o institucional no se reconoce. Sí, los productores necesitan apoyo técnico, capacitaciones, créditos, etc. Pero el otro valor de la organización es que se constituyen en espacios de formación permanente, en lo político, económico, social, ambiental, cultural, pues en las organizaciones, en cada encuentro se tratan todos esos temas que fortalecen la calidad de ciudadanía de los asociados y asociadas. Las organizaciones son escuelas de formación de mejores personas, mejores ciudadanos y ciudadanas y es también donde surgen los liderazgos que luego pueden conducir los destinos de los distritos o entidades regionales o nacionales, con una nueva mirada, y desde los pies en la tierra y los ojos en la gente.

El Estado no aporta en apoyo técnico ni crediticio

Manifestó don Lisandro que los pequeños productores no tienen apoyo para la capacitación técnica de parte del Estado. No se ayuda en el estudio del tipo de tierra, tampoco otros aspectos que puedan llevar el mejoramiento de la producción. Según Lisandro, los grandes productores cuentan con toda la asistencia y tienen otro tipo de manejos de las plantas, pero los productores asociados no tienen el apoyo y por lo tanto la producción por áreas es menor.

Para empatar con el costo de producción se necesitan producir por lo menos unos 7 mil kilos de yerba, dice, y, por supuesto, debe pagarse mejor precio, pues  “si el costo de producción alcanzan 12 millones de guaraníes, por hectárea, con siete mil kilos cosechados por cada hectárea y un precio libre de unos 2000 guaraníes se podrían obtener unos 14 millones de guaraníes por hectárea, lo que habría una correspondencia entre lo que se invirtió y lo que deja la cosecha”.

Muchas familias con situaciones difíciles

Don Lisandro Benitez manifiesta que la gente, los productores están pasando momentos muy difíciles porque las familias recurrieron a préstamos y hoy se encuentran con muchas deudas, a las que se suman la poca actividad por la pandemia. Se agrava la situación económica y social de las familias por lo que muchos propietarios de secaderos ofrecen comprar la hoja de la yerba a precios bajos. Muchas familias no pueden negarse muchas veces ante estos ofrecimientos y caen ante los precios bajos que ofrecen, pagan algunas deudas, pero se acumulan en otras, y el circulo de la pobreza sigue sano y fuerte y sin ganas de abandonar la familia y las comunidades.

Para evitar que la situación empeore y que la gente se sienta con más seguridad,  la Federación solicitó un crédito al Banco Nacional de Fomento, pero hasta el momento no se ha concretado, el pedido sigue en proceso de estudios. La entidad bancaria estatal, no tenía entre sus programas el apoyo a los yerbateros, por eso se alarga, dice el dirigente.

¿Una familia productora puede vivir con solo yerba?

Una familia productora de yerba también debe dedicarse a otros rubros. No debe descuidar los rubros alimenticios. Si es posible sembrar otros productos, mejor porque los precios de la yerba varía mucho. Muchas veces las inclemencias del tiempo hacen que la producción no sea optima, expresa Lisandro Benitez.

Y dependerá de la capacidad de cada familia o de los planes definidos en los comités u organizaciones de productores para avanzar. Desde estos espacios se pueden indicar y apoyar la producción de tal o cual producto tanto para la renta como para la alimentación.

Lo que si es importante señalar que la fortaleza que tienen estos 8400 productores es que tienen una organización que es una gran fortaleza; es una organización de segundo grado. Y ésta, ya dependerá de la gestión interna para convertirse en una potencia social y productiva que puede pensar en formación de otras formas de comercialización, o apresurar el proceso de industrialización.

Muchas veces, con la industrialización, o con el fortalecimiento de las instituciones no se consiguen logros inmediatos, en cuanto a mejorías en ingresos, pero el capital humano que se forma, las capacidades que desarrollan constituyen una plataforma poderosa para avanzar, dejas atrás la pobreza y emprender otras etapas. La desigualdad es el nuevo nombre de la pobreza y la injusticia y estos factores degradantes de la dignidad humana pueden superarse con una buena organización.

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