Que titulo mas contradictorio. Pero, al fin, es así el mundo. Unos dicen “no quiero vacuna”, otros dicen “sí, vacuna”. No, la Ivermectina es un buen elemento para resistir al COVID. Y, otros, con el dióxido de cloro. Y para no faltar, “con un rosario a tal santo”, ya está. La gente en los pueblos están enfrentada y los pueblos divididos por un manto oscuro de dudas, temor y el enorme deseo de sobrevivir a este anuncio universal de muerte.
Mientras aquí discutimos a muerte, en los grupos de whatsapp, si la vacuna es vacuna o es un chips de control que forma parte de una estrategia “del estado profundo” y que utiliza las antenas del 5G, para imponer un estado “del mal”, del “nuevo orden mundial”, allá, lejos, aunque no tanto, la discusión va por otro camino. ¿A qué países vendemos primero la vacuna? ¿Quién paga más? Es la pregunta.
El Director de la Organización Mundial de la Salud llamó egoístas a los países ricos y a las farmacéuticas porque están distribuyendo las vacunas a los países mas ricos y medio. En “49 países de ingresos altos y medios se han distribuido 39 millones de dosis de vacunas, en un solo país de ingresos bajos apenas 25 personas han sido inmunizadas”, denunció el director de la OMS Tedros Adhanom Gebreyesus. Dijo también que los países y las farmacéuticas están evadiendo un sistema aprobado a través del cual se iba a garantizar la distribución equitativa las vacunas.
En la publicación de la OMS se reprodujo esta interpelación “el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico respecto a la distribución equitativa de las vacunas contra el COVID-19,” advirtió este lunes el director de la Organización Mundial de la Salud.
“El precio de este fracaso se pagará con vidas y medios de subsistencia en los países más pobres del mundo”, afirmó el director Tedros.
El Director de la OMS denunció que “aun cuando defienden el acceso equitativo, algunos países y empresas continúan dando prioridad a los acuerdos bilaterales, evitando de esa formar el mecanismo COVAX, la iniciativa puesta en marcha para garantizar un acceso equitativo a las inmunizaciones, lo que está provocando un aumento de los precios y que salten al frente en la lista”.
Y este mecanismos llamado COVAX creado justamente para garantizar la distribución equitativa de las vacunas, en este momento, está siendo ignorado por Estados y farmacéuticas. El ministro Mazzoleni habló muchas veces de que existe este mecanismo, pero que se está viendo la manera de pasar por otra vía. Es decir, al trato entre partes, país con país o empresa farmacéutica con Estados. Llamativa idea, construyeron un mecanismo para garantizar la distribución de la vacuna, y ahora que hay vacunas, ignoran. Se parece tanto a la creación de las Naciones Unidas, se pensó que así se evitarían las guerras; pero en la realidad, cuantas guerras ya se produjeron con el apoyo de las Naciones Unidas.
“Esto está mal. La situación se ve agravada por el hecho de que la mayoría de los fabricantes han priorizado la aprobación regulatoria en los países ricos donde las ganancias son más altas, en lugar de presentar expedientes completos a la Organización Mundial de la Salud. “Esto podría retrasar las entregas de COVAX y crear exactamente el escenario que fue diseñado para evitar, con el acaparamiento, un mercado caótico, una respuesta descoordinada y una disrupción social y económica continua”, dijo el Director Tedros.
El informe indica que hasta la fecha se han administrado más de 39 millones de dosis de vacunas en unos 49 países de ingresos más altos y solo un promedio de 25 dosis en países pobres.
El Director de OMS califica esta situación como inmoral y que puede tener efectos catastróficos.
Los números de la vacuna
En el mismo informe del Director Tedros, de la OMS se brindan detalles de algunos números de la vacuna. Dice que aun pasando por el sistema COVAX, que se supone un precio más justo, “estudio reciente estimó que los beneficios económicos de la asignación equitativa de vacunas para 10 países de altos ingresos serían de al menos 153.000 millones de dólares en 2021, aumentando a 466.000 millones para 2025”.
Viendo estos números no es mala idea dedicarse a producción de vacunas y también de enfermedades. Si es una muy mala idea, lucrar con las necesidades de la gente.
Debe cambiarse las reglas del juego
El director de la agencia de la ONU planteó la necesidad de hacer urgentes cambios en las reglas del juego y que se apunten hacia:
- Los países con contratos bilaterales – y control de suministro – deben ser transparentes en sus contratos con COVAX, incluidos los volúmenes, precios y fechas de entrega. Esto exige que esas naciones den más prioridad a COVAX en la fila para recibir las dosis y compartan sus propias dosis, especialmente una vez que hayan vacunado a sus propios trabajadores de la salud y a las poblaciones mayores, para que otros países puedan hacer lo mismo
- Los productores de vacunas deben proporcionar datos completos a la Organización Mundial de la Salud para su revisión regulatoria en tiempo real y para acelerar las aprobaciones. Los productores deben permitir a los países con contratos bilaterales compartir las dosis con el mecanismo COVAX y que den a este prioridad en el suministro en lugar de nuevos acuerdos bilaterales.
- Los países productores de vacunas deben utilizar solo aquellas que cumplan con rigurosos estándares internacionales de seguridad, eficacia y calidad, y deben acelerar la preparación para su despliegue.
Tomado de: https://news.un.org/es/story/2021/01/1486742
Grupo de Puebla y las Vacunas
En su reunión de julio del año pasado, los participantes del Grupo de Puebla declararon que los Estados deben buscar medidas y políticas de “desarrollo local de tecnología, que aseguren el acceso libre de la vacuna a nuestros países, garantizando su justa distribución; y apoyar en todas las instancias multilaterales, posiciones conjuntas con otros países en defensa del derecho al acceso universal y gratuito a tratamientos y vacunas contra el COVID-19, debiendo rechazar cualquier intento de registro o patente relacionadas a la COVID-19 que pueda dificultar o encarecer el acceso a tratamientos o vacunas”.
Desde entonces, como grupo, instaron a los gobiernos a tomar recaudos ante esta situación para evitar el acaparamiento de este “bien de la humanidad”, las vacunas, por parte de países poderosos y el libre juicio de las farmacéuticas.
Estos días, de nuevo instaron a los países a que prioricen las vacunas y que lleguen a toda la población. Sin embargo, se tiene poco eco a tales pedidos.
Unos 15 países con gobiernos y autoridades progresistas, no capitalistas, forman parte del Grupo de Puebla. Los participantes de nuestro país son los senadores Esperanza Martínez, Carlos Filizzola, Jorge Querey y Fernando Lugo.
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