La Colonia Arapyahu del distrito de Kapi’ivary de San Pedro está movilizada para defender las tierras que fueron tituladas para que la Universidad Nacional de Asunción establezca unas carreras universitarias. Esta idea está apoyada por todas las poblaciones de la zona y los sectores sociales, educativos, estudiantiles y las autoridades. Desde hace unos años, con apoyo de funcionarios corruptos del INDERT y otras instituciones, la empresa uruguaya “Palo Solo” busca adueñarse de las tierras, hecho que movilizó a toda la población y las ciudades aledañas.

Edgar Noguera. Pte. Comisión Pro Universidad
Don Edgar Noguera es el Presidente de la Comisión Pro-Universidad Nacional, de la Colonia Arapyahu, del distrito de Kapi’ivary. Desde hace unos años se encuentran inquietos y movilizados con el objetivo de recuperar unas tierras que la misma Colonia Arapyahu decidió en Asamblea que el terreno quede para que la Universidad Nacional de Asunción habilite unas carreras en el lugar.
Edgar Noguera tenía 20 años cuando su familia y otras mil familias ocuparon las tierras en 1991, que hoy se denomina Arapyahu. “En los inicios estábamos en el monte, ocupando las tierras, tenía 20 años y no tenía la oportunidad de estudiar. Después de la ocupación y el logro de la compra de las tierras para los ocupantes, habíamos decidido en la Asamblea de la Comunidad destinar este pedazo de tierra para la instalación de una Universidad”, comentó.
Aunque el hoy Presidente de la Comisión Pro-Universidad no tuvo la oportunidad cuando joven de acceder a un estudio universitario, tampoco los demás ocupantes, pensaron y planificaron “tener una universidad en la colonia, porque nuestros hijos deben acceder a un estudio universitario”.
La superficie de la tierra reservada para la Universidad llega a 960 hectáreas. Una Institución de la educación superior, en un espacio como este, no solo podría tener edificios para desarrollos de clases, sino también campos experimentales y, además, potenciaría enormemente la zona
Arapyahu se encuentra en la frontera del departamento de San Pedro con Kanindeju. Un centro educativo en el lugar no solo beneficiaría al distrito sino a otros y otros del departamento vecino.
Hoy estas acciones están acompañadas por los distritos cercanos, medios de comunicación, radios comunitarias, sectores estudiantiles, docentes y autoridades de los municipios.
Una UNA con movimiento lento
En 1998 se hizo la entrega simbólica del titulo de propiedad al responsable de la Filial de la Universidad. Unos años después aparecen terceros con intención de adueñarse del espacio reservado por la Colonia.
Primero un abogado, luego otra empresa y así fueron apretando a la comunidad con intenciones de adueñarse del predio. Desde el 2017 “nos pusimos de acuerdo, de nuevo, porque nuestras tierras están en peligro, el anterior presidente de la República y el del Indert querían disponer de ellas, por eso nosotros nos unimos y levantamos la bandera de defender las tierras para la Universidad”, dijo don Noguera.
Según nos informó, ahora la UNA está realizando las acciones legales para recuperar las tierras ante el INDERT para se convalide el título que se le otorgó, de modo que se pueda usar para los fines destinados por la Comunidad.
Ya pasaron más de 20 años y la Universidad Nacional de Asunción, cuya sede central se encuentra en la Ciudad de San Lorenzo, no prestó atención a este problema ni al clamor de la población. Y a la Universidad no le falta recursos para poner en condiciones los papeles, títulos de propiedad, etc. Ojalá, a partir de ahora, con estos movimientos sociales, los directivos de esta Universidad de paso más firmes no solo para recuperar las tierras, sino también estudiar con la población las posibilidades de habilitar carreras en la zona.
Nunca faltan los aprovechadores
Como en varios otros lugares, aparecieron luego supuestos propietarios con unos títulos inventados y denuncian que hay superposición de títulos y empiezan una larga lucha legal, aunque tras largos años tengan que perder el litigio. Este es uno de esos casos.
La corrupción de algunos funcionarios del INDERT, algunos administradores y también funcionarios de otras instituciones, se suman a otros corruptos del sector privado para armar una batalla legal, que, en algunos casos, hasta toman posesión de las tierras y deforestan o utilizan para el monocultivo de productos del agronegocio. Luego de varios años, pierden el juicio, pero ya habrán sacado toda la riqueza de la tierra y los recursos naturales, se retiran y nadie les somete a juicio por los daños causados.
Según la denuncia, en este lugar donde los pobladores reservaron un predio para una facultad de agronomía y veterinaria, de aquí se extraen maderas de eucaliptos por la empresa uruguaya “Palo Solo”.
Solicitaron apoyo al Senado
La población solicitó a la Comisión de Reforma Agraria del Senado, presidido por el Senador Pedro Santa Cruz; Sixto Pereira, Vicepresidente; e integrada por el sampedrano José Pakova Ledesma, y otros, que intervenga para el esclarecimiento de esta situación. La empresa que reclama las tierras se denomina “Palo Solo, sería una empresa de maletín, no tiene domicilio fijo”, dijo don Noguera.
“Por suerte nuestra lucha está teniendo el apoyo de todas las autoridades, el gobernador, las autoridades de los municipios, concejalías y otros sectores”, dijo.
En la zona estarían unos 1300 jóvenes que están terminando sus estudios de la educación media este año y necesitarán ingresar a una universidad. Cree que habrá necesidad de la carrera Ingeniería agronómica, veterinaria y otras que son afines a las actividades y necesidades de la región.
La lucha es continuada, manifestó don Noguera, y “estamos seguros de que ahora vamos a lograr aclarar todo y hacer que tengamos instituciones universitarias”.
«Que nuestros hijos tengan posibilidad de estudiar en la universidad»
Parece extraña esta reivindicación. Campesinos piden y defienden un espacio para una universidad. Extraña y alienta. Ojalá otras comunidades hagan lo mismo, pues es un derecho humano fundamental.
Lo común es que los ocupantes de tierras reivindiquen la tierra, campos comunales, apoyo para la producción, créditos, construcciones de escuelas, colegios, reconocimientos ante las instituciones, etc. Pero, esta vez, los que apenas estaban dejando de ser «campesinos sin tierras», en Arapyahu, se preocuparon por preparar el terreno y la gente de modo que en la comunidad haya una institución que les brinde la «educación superior», una universidad.
Don Edgar Noguera pudo completar sus estudios hasta el 6° grado. Según manifestó, los que estuvieron en el asentamiento desde sus inicios, “los que nacieron en la década 70 y ochenta, solo el 10% habremos terminado nuestro 6° grado. Los demás, primer grado, tercer, etc. “
Pero en aquella asamblea comunitaria hace mas de 20 años, aquellos campesinos y campesinas que poblaron el asentamiento Arapyahu decidieron dejar este espacio para la universidad “donde nuestros hijos tendrán la posibilidad de estudiar”, dice don Noguera.
“Sabemos lo que es estar sin estudios”, dijo y “aquí no habrá quien retroceda, ya no podemos dar espacios a otros intereses, ya no tenemos tiempo, tampoco creemos en las promesas políticas, por eso aquí vamos a luchar hasta el fin”. Esta lucha es ya para nuestros hijos, manifiesta.

Plano del area
Don Noguera comentó que ya tiene un hijo que se “recibió de doctor, es médico”. Otras familias tienen hijos e hijas en la educación media y también estudiando en universidades, pero lejos del lugar preparado para el efecto. Aquí surge otra situación: deben migrar si quieren acceder a un título universitario y si pretende hacer en una universidad pública.
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